Aquel día Mañueco se levantó con la desidia de quien no ha dormido en toda la noche. El día anterior se habían enterado de que en primavera empezarían a caerle juicios por corrupción y en ese caso lo más probable es que le presentaran una moción de censura.
En su conversación telefónica con Pablo Casado, ambos estaban de acuerdo en que había que adelantarse a los acontecimientos y ya de paso, aprovechar las buenas cifras en las estadísticas. Y a poco bien que les saliera, le ganarían por la mano a Ayuso, cosa que Pablo estaba deseado desde que ella arrasó en las autonómicas madrileñas.
Adelantar las elecciones autonómicas, solo podía traer ventajas, así que desayunó con calma, se estudió el guion que le habían preparado para echarle la culpa de todo a Cs y cuando se encontró listo, anunció que los comicios se celebrarían el 13 de febrero de 2022.
Y ahí empezó la pre-campaña electoral. Casado, que era quien más se jugaba, dio el 100 %. Pero como es su costumbre, raro era el día que no daba materia suficiente para memes, lo cual fue una de las razones para que las cifras empezaran a bajar: la mayoría absoluta cada vez estaba menos clara.
Y llegó el 13F. Y Vox movilizó a toda su gente: en cada mesa electoral de la Comunidad Autónoma, había una o dos personas apoderadas movilizadas desde todos los rincones de España. En mi colegio electoral se presentaron dos madrileños pero con aspecto alemán: altos, rubios, puntillosos…. Fue una grata sorpresa verles ayudar amablemente a organizar las colas. Podrían haber pasado por dos personas estupendas, de no haber conocido la ideología machista, racista, xenófoba y aporófoba que tienen detrás.
Y llegó la noche y con ella el recuento. El PP se quedó muy lejos de su ansiada mayoría absoluta: iba a pasar de un gobierno cómodo pero dependiente de Cs, a un gobierno dependiente de Vox, quienes esa misma noche, ya exigieron la Vicepresidencia, al superar todas las expectativas y pasar de 1 Procurador a 13. A la mañana siguiente siguieron sumando exigencias: “derogar las leyes izquierdistas, como la de violencia de género y la de memoria histórica”.
Y esto es solo el principio. Veremos en qué acaba. Yo, como Gerardo Tecé, si fuera cabra me alejaría de los campanarios. Lo malo es que yo soy mujer, y en la escala de valores de Vox está muy cerquita de las cabras, solo por debajo de las personas inmigrantes pobres (la gente rica, ya sabemos que es bien recibida en todas partes, también en Vox).
Aún me queda la esperanza de que el PP no pacte con Vox (cosa altamente improbable según muchas de las declaraciones que han dado a la prensa sus dirigentes), y que se repitan las elecciones, pero en ese caso, tampoco creo que los resultados fueran a ser muy distintos. Así que la esperanza es lo último que se pierde, pero en este caso, la esperanza es muy, muy, muy, pequeñita.
Continuará… (desgraciadamente, me temo)
La madre de la protagonista era una activista que lo vio venir, pero por más que lo explicó, la gente siguió sin creérselo, como mucho, iban a manifestaciones contra cosas concretas, en las que lo único que conseguían era poner en riesgo sus vidas.
En Castilla y León en particular, y en España en general, estamos en las mismas: vemos venir de lejos a la extrema derecha, racista, machista, xenófoba, aporófoba y mentirosa, pero no hacemos nada.
Bueno, sí, sí hacemos. Hacemos lo mismo de siempre: creamos partidos nuevos que lo primero que hacen es dividir y fomentar las luchas cainitas. Luego “entramos en razón” y coalicionamos esos partidos nuevos a los de siempre, pero resulta que la suma no suma. Eso fue lo que pasó cuando se creó IU.
Luego se creó otro partido nuevo. Y vuelta a dividirnos y a pelarnos. Y vuelta a “entrar en razón” y por tanto vuelta a crear otra coalición donde una vez más, la suma no suma.
Y ahora se ha creado una nueva formación política, que una vez más nos ha dividido y enfrentado. Seguramente para las próximas elecciones volvamos a “entrar en razón” y volvamos a crear otra nueva coalición. ¿Qué nos hará pensar que esta vez la suma sí sumará? ¿Alguna vez nos pondremos a hacer cosas nuevas? Como alguien dijo una vez: «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo»
Estamos todos locos: los de izquierdas por puristas y cainitas, y los de la derecha por no ser conscientes de que darle alas a la extrema derecha puede ser tan peligroso como en “El Cuento de la Criada”, o lo que es peor: puede suponer repetir la historia europea del siglo pasado. Luego dicen que desconocer la historia es estar condenado a repetirla, no creo que a nadie se le haya olvidado, pero es obvio que vamos de camino a repetirla